La Cofradía Gastronómica "Los Esteros" nace con la intención de potenciar, estudiar, dar a conocer y poner en valor la riqueza gastronómica de la zona gaditana, recuperando de nuestros mayores la recetas de platos que hoy están muy valorados. Para ello colaboramos con los municipios de la zona de la Bahía de Cádiz, dando conferencias, cursillos, realizando concursos e investigando en los diferentes archivos públicos para la puesta en valor de tan rico patrimonio.
domingo, 29 de enero de 2017
miércoles, 18 de enero de 2017
AMARGUILLOS
INGREDIENTES:
4 claras de huevo
300 gr.de almendras molida
Almendras enteras
50 gr.de harina
150 gr. de azúcar
1/2 cucharadita de canela
Almendras enteras
50 gr.de harina
150 gr. de azúcar
1/2 cucharadita de canela
PREPARACIÓN:
1. Poner en un bol las claras sin batir, la canela y el azúcar. Mezclar bien.
2. Añadir la almendra molida y la harina yi amalgamar bien con las manos.
3. Meter la masa en una manga pastelera con boquilla lisa e ir haciendo montoncitos mas o menos iguales del tamaño de una nuez,
4. Poner sobre cada montoncito una almendra cruda, clavándola bien para que no se desprenda al hornear.
5. Hornear a 150º, 15 o 20 minutos. Enfriar sobre una rejilla.
PROPIEDADES:
Los amarguillos son muy energéticos, además de tener un alto contenido en grasa y proteínas. Al tener un bajo contenido en humedad permite alargar su conservación.
Es de sabor suave y agradable, algo pastoso debido a su alto contenido en almendra. El nombre de "amarguillo" le viene de la posibilidad de encontrar una almendra amarga durante su degustación.
Esta receta proviene del Monasterio de Santa Cruz de León. En la sencillez de su elaboración y en los ingredientes se nota que proviene de la cocina monacal.
UN POCO DE HISTORIA.
El Monasterio de Santa Cruz de Sahagún en León pertenece a la Orden Benedictina. Su fundador fue San Benito, que vivió entre los años 480 a 547. A los 14 años sus padres lo envían a Roma, invadida ya por las hordas germanas del norte. Allí cursa estudios universitarios, pero no los concluye. El ambiente de la universidad y de la ciudad es de total corrupción moral. El joven Benito abandona aquella sociedad decadente. Siente que lo único que importa de la vida no es "disfrutarla", sino darle el sentido que el creador tuvo al ponerlo en la cuna. Se retira a las cuevas de Subiaco y vive a solas con Dios durante tres años. En este clima se forjó el hombre y el santo, encontrando la paz de su alma. Ya en Montecasino escribió su Regla para monjes; recopila lo mejor de las reglas monacales anteriores, dándoles una nueva orientación, teniendo como base las Sagradas Escrituras. Pronto se aplicó también a las mujeres que deseaban consagrarse a la busca de la perfección cristiana según el estilo de dicha vida monacal.
El lema benedictino es "ORA ET LABORA". Aparte de la oración comunitaria y privada , tienen el obrador de repostería, de donde proviene esta receta de "Amarguillos".
1. Poner en un bol las claras sin batir, la canela y el azúcar. Mezclar bien.
2. Añadir la almendra molida y la harina yi amalgamar bien con las manos.
3. Meter la masa en una manga pastelera con boquilla lisa e ir haciendo montoncitos mas o menos iguales del tamaño de una nuez,
4. Poner sobre cada montoncito una almendra cruda, clavándola bien para que no se desprenda al hornear.
5. Hornear a 150º, 15 o 20 minutos. Enfriar sobre una rejilla.
PROPIEDADES:
Los amarguillos son muy energéticos, además de tener un alto contenido en grasa y proteínas. Al tener un bajo contenido en humedad permite alargar su conservación.
Es de sabor suave y agradable, algo pastoso debido a su alto contenido en almendra. El nombre de "amarguillo" le viene de la posibilidad de encontrar una almendra amarga durante su degustación.
Esta receta proviene del Monasterio de Santa Cruz de León. En la sencillez de su elaboración y en los ingredientes se nota que proviene de la cocina monacal.
UN POCO DE HISTORIA.
El Monasterio de Santa Cruz de Sahagún en León pertenece a la Orden Benedictina. Su fundador fue San Benito, que vivió entre los años 480 a 547. A los 14 años sus padres lo envían a Roma, invadida ya por las hordas germanas del norte. Allí cursa estudios universitarios, pero no los concluye. El ambiente de la universidad y de la ciudad es de total corrupción moral. El joven Benito abandona aquella sociedad decadente. Siente que lo único que importa de la vida no es "disfrutarla", sino darle el sentido que el creador tuvo al ponerlo en la cuna. Se retira a las cuevas de Subiaco y vive a solas con Dios durante tres años. En este clima se forjó el hombre y el santo, encontrando la paz de su alma. Ya en Montecasino escribió su Regla para monjes; recopila lo mejor de las reglas monacales anteriores, dándoles una nueva orientación, teniendo como base las Sagradas Escrituras. Pronto se aplicó también a las mujeres que deseaban consagrarse a la busca de la perfección cristiana según el estilo de dicha vida monacal.
El lema benedictino es "ORA ET LABORA". Aparte de la oración comunitaria y privada , tienen el obrador de repostería, de donde proviene esta receta de "Amarguillos".
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